La historia de Luz María





Luz María tiene grabada en su memoria la fecha exacta en la que aterrizó en Phoenix: un caluroso- me atrevo a aventurar- 3 de Junio de 1996. Ese día dejaba atrás su vida en México D.F. y su carrera en Tecnología para comenzar una nueva en Phoenix, con su marido y su hija de solo pocos meses. El motivo fue una oportunidad de trabajo que le ofrecieron a su esposo, pero fue ella, que es muy aventurera y amante de los retos, quien le animó a aceptarla.

Recuerda esta decisión como algo trascendental en su vida; el cambio fue muy drástico y aunque al día de hoy puede afirmar que está integrada a la cultura americana, al principio le costó desenvolverse con los pequeños obstáculos que ofrece el día a día. Pero Luz María es una de esas mujeres que le han ganado el pulso a la nostalgia, en parte, porque  tiene oportunidad de viajar con frecuencia a México y especialmente a su ciudad natal.

Al principio, Luz María decidió dedicarse mayormente al cuidado de su hija, con la que al día de hoy mantiene una estrecha relación. "No me arrepiento de haberle dedicado gran parte de mi tiempo durante sus primeros años de vida, realmente los disfruté mucho" me cuenta con ese brillo en los ojos que solo existe cuando una madre habla de una hija.

Su relación con Interlingua fue provocada por una combinación de casualidades que cambiarían el rumbo de su vida para siempre; Luz María pensó que Interlingua era parte de una compañía  muy conocida que existe en México con el mismo nombre y entró a la oficina guiada por la curiosidad. Desde entonces forma parte de la escuela y se ha convertido en un pilar fundamental y en una profesora muy querida tanto por estudiantes como por profesores.

 Aunque la educación no tenía nada que ver con la profesión que ejercía en México D.F, le apasiona su trabajo y ha estudiado algunas asignaturas de Lingüística y Literatura Hispanoamericana en ASU. "Lo mejor de Interlingua es que tengo flexibilidad de horario, que convivo con gente muy interesante cada día y que me permite viajar" Esto último, algo imprescindible para ella, aventurera de corazón y una mujer con gran curiosidad por el mundo.

Luz María tiene un acento casi imperceptible, suave y claro, muy diferente del que se acostumbra escuchar en Arizona o incluso diferente al de otros profesores de Interlingua que provienen de su país. Cuesta identificar de dónde es. Luz María me explica  que en México, dependiendo de la zona, puedes encontrar acentos diferentes y  que incluso estos varían de una familia a otra." Aquí en Arizona, se habla el español del South West, que tiene parte de lo que llamamos Spanglish por su contacto con el inglés. El español es un idioma hablado en las casas, sin mucha formación académica, por lo que en ocasiones el vocabulario es muy escaso y se tienen que rellenar los huecos con palabras que provienen del inglés".

También augura que dentro de algunos años el Spanglish se convertirá en un dialecto con su propio diccionario y con estructura propia. "Yo hablo el español universal porque creo que es importante que cuando mis estudiantes viajen tengan la habilidad de comunicarse en cualquier lugar donde se hable español, pero comprendo que las lenguas cambian según la influencia de las zonas geográficas". Sin embargo, una de las cosas que más le llamó la atención cuando llegó a Arizona fue "el uso incorrecto del español en los medios de comunicación de habla hispana, aunque esto ha mejorado ahora". Las dos estamos de acuerdo con que aún queda un largo camino por recorrer hasta que el español logre ocupar la posición que tendría que tener en un estado como Arizona, y sea estudiado en las escuelas con la seriedad que se merece.

Si los profesores de Interlingua son para los estudiantes un puente de conexión no solo con lenguaje sino también con la forma de pensar de los hispanohablantes, para Luz María sus estudiantes fueron el suyo. A través de ellos pudo comprender mejor la cultura americana, la forma de pensar y de expresarse, y también su lenguaje, tan diferente al nuestro en muchos aspectos. ”El inglés es muy breve y conciso, expresa sin rodeos lo que quieres decir, en cambio nosotros, decimos mil cosas para expresar una idea".  Y es que  el español se habla con el corazón, es un idioma muy poético. Como les suele decir Luz María a sus estudiantes "nosotros somos medio poetas".


por Lidia Fernández Walter